Alas de metal
Estoy aquí aparcado en el tiempo, a la orilla de la calle, envuelto en temperatura bajo cero, solo con el calor del motor y de tu presencia abstracta entre comillas.
Con la mirada puesta al cielo, pendiente de las alas de metal y las fogosas turbinas que se dirigen al sur. Llevo más de mil en mi cuenta de todos los días, anotando cada uno en mi libreta de ilusiones, esperando ansioso mi turno y preguntándome a cada instante cual sera el numero que me lleve a ti.
Por las noches mi idilio sigue, algunas veces creo he contado más de alguna estrella confundiendola con las luces de algún avión que va devorando distancias en el firmamento.
Esta es mi condición actual, estar aquí enamorándome cada segundo más y más de ti, amandote como nunca ame en mi vida, sin importarme esos kilometros, solo tu amor mi bello y eterno amor.
Y es que la vida y la distancia nos unen y nos separan, y yo te miro de lejos un poco celoso, pero me deleito en la libertad de tu sonrisa, en la dulce mirada de tus fotografías, en la forma en que expones tus sentimientos y tu ser a nuestro mundo virtual y real al mismo tiempo, sin cohibirte, sin minimizarte, sin siquiera importarte, y en esa tu valentía nos encontramos de a ratos, entre letras y enlaces, entre lunas y cafés, y quizá no te de mucho, solo mis palabras, mi poesía y mi voz, pero toda mi nada te alcanza para quererme de lejos, y toda tu entrega me alcanza para dedicarme a ti en cuerpo y alma, como si estuviéramos habitando el mismo espacio, como si la distancia y el mundo no importaran, solo tu amor y mi amor.
¡Cuanto te amo, ah, cuanto te amo!
oh alas de metal, fogosas turbinas llevenme ya, justo ahí donde ella me espera con sus ojos de encanto su sonrisa de ensueño y sus brazos abiertos.
¡Llevenme ya porque la amo!
Llevenme ya porque la extraño, llevenme ya, porque la necesito.
Por: Ricardo Rivera